Las palabras, la base de nuestro pensamiento

LA MASA ENCEFÁLICA DE UN RECIÉN NACIDO GUARDA LAS NEURONAS DE TODA SU VIDA, PERO LA CONEXIÓN ENTRE LAS NEURONAS NO ESTÁ TOTALMENTE TERMINADA. PERO ¿CÓMO SE CONECTAN?

Nacemos con un cerebro cargado de neuronas, más de cien mil millones están “nadando” como fideos en una sopa, algunos contactan entre sí, pero la gran mayoría están separados lo que se traduce en nuestro cerebro en una falta de sinapsis. Aún no hay caminos formados, no hay un mapa cerebral. Aún no pensamos, sólo somos esponjas hambrientas de información.

Para que empiecen a conectarse entre sí, para que se empiecen a crear huellas en nuestro cerebro que será la base de los caminos posteriores, es necesario que entre información a través de nuestros sentidos; olores, sabores, sonidos, percepción de movimiento, emociones, formas, luces, dolor, experiencias…

Pero de nada serviría un ambiente tan rico de información si nuestros sentidos no tuviesen las puertas abiertas para permitir que esa información pueda viajar a nuestro cerebro. El paso de estos estímulos une las neuronas generando caminos iluminados para que cada señal sepa exactamente que vía tiene que recorrer sin posibilidad de pérdida.

Todo lo que entre a través de nuestros sentidos hasta los 4 años conformará nuestro mapa cerebral para siempre y será nuestra base neurofisiológica para construir el cerebro adulto. A esa edad habrá 100 billones de conexiones trabajando al unísono. Y toda nuestra experiencia hará que seamos y nos comportemos, según se haya conformado nuestro cerebro.

Las palabras, la base de nuestro pensamiento

Ya los filósofos de la antigüedad consideraban que pensar era hablarse a uno mismo en silencio, es decir, era utilizar palabras para razonar, decidir, resolver problemas. Pero…

¿Qué son las palabras en nuestro cerebro?

Las palabras son las etiquetas que guarda nuestro cerebro para dar significado a toda la información que entra a través de nuestros sentidos y que nos permiten construir ideas y representaciones de la realidad en la mente, relacionando unas con otras.

¿Cómo se crean las palabras en nuestro cerebro?

Gracias a la audición el cerebro va guardando toda la información del sonido, de la voz, del ambiente, del propio cuerpo, etc…, en un almacén. Al principio son sonidos sin significado, pero a medida que pasan una y otra vez por los mismos caminos van generando huellas que permitirán asociar esos sonidos con su significado y de esa manera empezaremos a entender todo lo que nos rodea, no sólo a nivel auditivo, sino de todos los sentidos. A partir de entonces, podremos elaborar ideas, ensoñaciones y pensamientos. Hemos creado las etiquetas y el código del lenguaje, que nos diferencia del resto de los animales.

Nuestro cerebro auditivo está conectado con otras partes cerebrales que corresponden a otros sentidos, de tal manera que si olemos una rosa, en nuestro cerebro se enciende, la imagen de rosa, la palabra o etiqueta mental rosa, el olor, su textura, si es un ser vivo o no, si pertenece a la categoría de flor, para qué sirve, que puedo hacer con ella, que emoción me provoca etc. Todo ello en un sólo flash. Algo tan complejo y fascinante no podría realizarse si no tuviésemos audición.

Sin audición no hay lenguaje, no hay etiquetas, no hay pensamiento. Sólo conductas aprendidas por repetición de patrones, como el “perro de Paulov”.

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